El mundo digital nos hace llegar hoy en día un sin número de mensajes tanto personales y privados, como masivos, institucionales, promocionales y blablablá. Tu casilla de correos se ve saturada todo el tiempo de mensajes.
Es difícil distinguir entre tantos estímulos. La mayoría los dejamos pasar, sin prestarles la menor atención. Empiezan simplemente a formar parte del paisaje digital.
Recibir un correo electrónico aún conserva algo de intimidad. Tiene ese toque de “intimidad” similar al de recibir una carta por correo postal.
Es por eso que el email marketing, bien usado, es una de las mejores herramientas que tenés para la venta, ya que llama a establecer una relación más cálida y personal con nuestros clientes.
Para sacarle el mayor provecho, hay una serie de cosas que tenés que tener en cuenta. Y vas a ver que se va a convertir en un factor positivo clave en tu negocio o emprendimiento.
A continuación, te paso algunas claves.
Cultivá tus listas de correo
Lo primero que tenés que entender es que tus listas de correos no son para siempre. Un contacto que hoy está interesado, mañana puede no estarlo. Y que a todos no les interesan las mismas cosas.
Por eso tenés que trabajar tus listas de correos de clientes o potenciales clientes. Incluir solo los contactos que puedan estar realmente interesados en recibir correos sobre el tema, los servicios o productos que manejás. Olvidate de tu mamá, tu hermana, tus amigos con los que se juntan a comer asado. Esos, dejalos afuera.
También, tenés que entender de que mantener saludables tus listas requiere de un proceso. Hay muchas formas. Una de ellas es enviar unos primeros mensajes de correo electrónico a grupos de personas con las que hayas tenido contactos preliminares, o a grupos muy generales o aleatorios.
En esos primeros mensajes presentás, tu negocio, emprendimiento o producto de manera muy general. Y al final del mensaje, les preguntás: “¿Estás interesado en formar parte de mi lista de correos preferencial?”. No está de más, incluir el beneficio de que se sume a esa lista.
El reto está en construir mensajes claros y atractivos, tanto desde el contenido como del diseño visual. La meta es lograr que la mayor parte de personas se interesen y quieran seguir recibiéndolos.
Debés cuidar y mantener saludables tus listas de correo. Las principales acciones recomendadas para ello son:
- segmentar los mensajes para grupos específicos. No todos están interesados en recibir los mismos mensajes.
- incluir discretamente, al final de los correos, un botón que permita al usuario darse de baja. Si realmente no le interesa recibir tus correos, no se los mandes. No insistas. Te perjudica y mucho.
Hablale a cada persona
Para mantener la calidez de la relación, es una buena práctica personalizar los correos. Que el mensaje vaya dirigido a la persona. Hay muchas formas, una de ellas es llamándola por su nombre. Siempre es bien recibido por el lector.
Otro factor es el contenido. Segmentar por grupos de interés específico, que sientan que ese contenido está dirigido a ella o a él. Puede ser por edad, género, profesión u ocupación, entre otros. Esos datos los irás consiguiendo de manera sencilla a través de los primeros formularios de contacto.
Hoy en día tenés formas de saber si un usuario visitó una página determinada información en web, si le interesó algo en tu newsletter, o si compró un producto determinado. A partir de esa información, podés crear grupos con intereses comunes, y luego enviarles un email, especialmente diseñado para ellos.
Con tu voz y tu imagen
La composición visual es un elemento fundamental de la comunicación de tu negocio. Tus correos electrónicos deben ser claros y atractivos visualmente. Y deben verse bien tanto en la computadora, en la Tablet y en los móviles, que es donde se ven la mayoría de los mensajes hoy en día.
Las plataformas para email marketing como, Sendinblue, Moosend y Perfit entre otras, ofrecen plantillas que pueden utilizarse como base para crear mensajes gráficamente bien diseñados.
Es importante crear y mantener tanto una imagen gráfica como un tono propio y consistente para tu marca. Tu marca tiene personalidad. Es súper importante que la respetes.
La persona que reciba tus emails tiene que reconocer desde el primer momento que sos vos quien le habla. Tanto por los colores y el diseño de tus mensajes, así como la forma en que te dirigís a ellos. Esto crea familiaridad y respeto en la relación.
Los mensajes deben ser claros y concisos. El lector no se quedará demasiado tiempo leyéndolos, por lo que debés ir al grano de lo que querés informar y ofrecer, de una manera cortés.
Llamá a la acción para crecer
Evitá las palabras vacías o de relleno. Expresá concretamente lo que querés comunicar, llegando siempre a un punto de llamado a la acción (Call to Action, en inglés) que es lo que te interesa que tu audiencia haga. Tenés que decirle a quien está leyendo qué esperás que haga. Esto puede ser, desde interactuar con una red social, llenar un formulario, hacer una reserva, descargar un ebook o hacer una compra. Todas las acciones, por pequeñas que sean, hacen crecer tu negocio, que es el fin último que buscás.
Ese llamado a la acción debe ser claro. No dejés nada por sobreentendido ni averiguado por otra vía. Te recomiendo que ofrezcas algún incentivo por ejecutar la acción o indicar de una manera cordial que la misma debe realizarse en un tiempo limitado. De esta forma te asegurás que la misma sea tomada en cuenta en el momento.
Evaluá para mejorar
Todas las acciones que hagás, tenés que poder medirlas. De esa forma, podés evaluar y hacer cosas para mejorar tus próximos pasos.
Las plataformas de email marketing que te comenté antes ofrecen métricas interesantes, tales como el número de correos que son abiertos, los usuarios que hicieron click en un enlace, los que no llegan a sus destinatarios, entre otros.
Todos estas estadísticas te van a permitir analizar y revisar tus estrategias, mejorar lo que estás haciendo y lograr que tu email marketing sea realmente una herramienta que aporte retorno a tu negocio o emprendimiento.